¿QUIÉNES FUERON LOS BÓXERS?
¿QUIÉNES FUERON LOS BÓXERS?
Más
allá del contenido comercial, la Ruta de la Seda, representó un intercambio de
ideas y conocimientos en el ámbito cultural y ciencia. La ampliación de
fronteras, los intercambios culturales, comerciales y las luchas internas por
la sucesión, provocó la oposición de gran parte de la población china. Se
crearon asociaciones secretas que luchaban contra esta influencia extranjera en
China, como fue el caso de los Bóxers.
Estas,
fueron creadas como símbolo de descontento hacia la sociedad china debido a la
intervención política y social de los extranjeros. El sentimiento xenófobo,
contra la influencia europea y japonesa, era tal que provocó numerosas guerras
y asesinatos. Como fueron reflejadas en las guerras del Opio (1839-1842 y
1856-1860).
El
opio era una droga muy demandada que creaba fuerte adicción. En 1830 el
gobierno británico buscaba mantener el tráfico del opio. Por el contrario, el
imperio chino se negaba por dos motivos principales: por razones de salud
pública y para evitar la fuga de divisas ocasionadas por el comercio del té.
Diez años
más
tarde una flota británica embarcó en la costa china y demandó la legalización
del comercio del opio. También una indemnización por las destrucciones de las
mercancías causadas por algunas asociaciones radicales. La corte imperial china
se fragmentó entre los más moderados y entre los más radicales.
Finalmente,
el emperador Quishan firmó el Tratado de Chuanbi en el que aceptaba el pago de
las indemnizaciones. Pero la situación se puso tensa cuando el emperador
Daoguang se negó a dicho tratado y proclamó la guerra a Gran Bretaña. La
superioridad militar británica provocó la derrota a los chinos. Dicha derrota
forzó a firmar el Tratado de Nankín, que obligó a China a asumir el libre
comercio del opio.
Otro
hecho inmemorial provocado por los bóxers, fue el asesinato del alemán Clemens
von Ketteler. En el año 1900 los bóxers tomaron una actitud rebelde asaltando
Iglesias y edificios cristianos en la ciudad de Pekín. Ketteler reaccionó y
ordenó la persecución a los guardias de la embajada alemana. Pero alcanzaron la
situación de auge cuando Clemens capturó y azotó a un chino que parecía
boxeador y golpeo a un niño que estaba con él. Este acto provocó la violenta
reacción de los chinos musulmanes, se amotinaron los bóxers y los más
valientes.
La situación empeoró cuando los chinos
musulmanes comenzaron a matar a los chinos cristianos como venganza por
colaborar con los extranjeros. Unos días más tarde, Ketteler junto a sus
asociados se dirigieron al Zongli Yamen (Ministerio de Relaciones Exteriores)
cuando uno de ellos se acercó al palanquín de Ketteler y le disparó a
quemarropa.
Al
mismo tiempo, los bóxers tenían la esperanza de poder expulsar a los
extranjeros de China y la emperatriz Cixi le brindó su apoyo. La emperatriz,
también vió una oportunidad para aprovechar el arrojo de los bóxers como
herramienta para luchar contra la injerencia extranjera que gran parte de la
nobleza despreciaba. También fue un método de asegurarse la pervivencia de su
poder político. Sin embargo, Cixi rechazaba la idea de expulsar totalmente a
los extranjeros ya que de ellos dependía gran parte de la economía China, así
como el pago de tributos.
La
dinastía Qing también mostró su apoyo con ayudas económicas a los líderes bóxers.
Y estos respondieron usando el eslogan: “Revive el Qing! ¡Destruye al extranjero!
Tras
una temporada tensa los ejércitos de la Alianza de las Ocho Naciones
proporcionaron tropas militares para poner fin al levantamiento de los Bóxers.
Avanzaron hasta Pekín donde culminó la ocupación. Las hostilidades terminaron
finalmente el 7 de septiembre de 1901, cuando la emperatriz Cixi aceptó firmar
el Tratado de Xinchou o “Protocolo Bóxer”.
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